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16.6.15

Una Clase de Economía Básica Para el Presidente

economics
Se supone que nuestro presidente es “economista”, que tiene un doctorado en esa ciencia en una de las mejores universidades de Norte América, así como estudios avanzados en Bélgica. Él ha usado este título como plataforma para lanzar su proyecto político, asegurando a todos los ecuatorianos que él sabe cómo salvar el país, como sacarnos de la desigualdad y crear un futuro mejor para todos. Millones de ecuatorianos han puesto su futuro en las manos de Rafael Correa, teniendo la fe de que alguien con tanta preparación académica es el más apto para liderar el país.

Poniendo a un lado por el momento lo problemático que es esperar que un académico sin experiencia pueda realmente liderar a un país como lo fue el Presidente cuando tomo el poder, si analizamos sus ideas sobre la economía de un país en el siglo 21, vemos que no entiende ni lo más básico de un curso pre-universitario de economía. Por eso le vamos hacer un favor a nuestro querido Presidente, para que tal vez deje de proponer leyes y proyectos políticos que solo nos llevaran a la ruina.

En el estudio de economía, unos de los principios fundamentales tiene que ver con los precios. Los precios son el único mecanismo eficaz que tenemos para saber que tiene demanda y que no, y para los empresarios y consumidores es la única manera de saber en que invertir y cuando invertir. Si hoy el precio de pollo esta alto, eso generalmente señala que hay una demanda para pollo en el mercado mayor a lo que los agricultores están proporcionando. Si tengo la oportunidad, yo puedo invertir en una finca o hacienda para criar pollos y venderlos, como hay una demanda grande, seguramente voy a ganar una buena utilidad. Eventualmente, otra gente me va a copiar y muchos se van a meter a criar pollos, lo que va a generar precios más bajos, porque cada agricultor va a tratar de vender a un precio menor para poder vender más. En la economía esto tiene el efecto de generar más empleo, más riqueza, más pollo en el mercado y precios más bajos para los consumidores, todos ganamos.

Ahora, que pasa si el gobierno decide imponer un impuesto grande a las utilidades de los agricultores que como diría nuestro presidente, están gozando de una ganancia “ilegitima” por los precios altos en pollo. Lo que pasara es que los agricultores dejaran de invertir en más criaderos de pollos, y muchos de lo que ya están en el negocio se saldrán, ya que el gobierno les quita casi todas sus utilidades. Esto causa que suba el precio de pollo en el mercado porque hay menos oferta, y en el peor de los casos puede haber escasez de pollo. Justamente por no respetar el concepto de precios en un mercado libre, Venezuela vive una miseria diaria y los ciudadanos no tienen ni los productos más básicos para sus hogares.

Si el gobierno de Ecuador llega a imponer un impuesto de plusvalía tan alto como están proponiendo, entonces veremos el mismo fenómeno con la oferta de viviendas y terrenos en el país. Es verdad que ha subido el precio de los terrenos y la inmobiliaria en general, pero un impuesto no es la solución.

No es la solución porque la plusvalía ha crecido de forma brutal por el crecimiento de la economía, lo que es normal y lo que debería ser causa para celebrar no castigar. Si hay un crecimiento no sostenible y tal vez irreal en las propiedades del país, es porque las personas que han logrado ganar dinero por sus esfuerzos, no tienen ningún incentivo para invertir en negocios u otras cosas que puedan crecer la economía de forma más balanceada. Para una persona con dinero, lo más facil y lo más seguro ha sido invertir en un apartamento o terreno, porque hasta hoy, eso es lo único en que el gobierno no ha interferido.

Ahora lo que puede pasar es que por causa de un impuesto alto a la plusvalía, los precios de los terrenos pueden caer tremendamente. El presidente diría que esto es bueno porque ahora los pobres pueden comprar terrenos, pero lo que también pasara es que la clase media que ha puesto sus ahorros en un apartamento o una pequeña casa va a perder mucho del valor de su inversión. Más problemático, los que tienen deudas con el banco pueden terminar debiendo más en sus hipotecas de lo que valen sus casas. ¿Esto sería justicia; que las personas que han trabajado todas sus vidas para poder comprarse un terrenito, ahora pierdan todo y se quedan endeudados hasta la muerte?

Es verdad que hay desigualdad en el país, y que un porcentaje menor tienen control de casi toda la riqueza, pero no se puede desarrollar a un país quitándole el fruto del trabajo de esas personas. Aunque nos guste o no, necesitamos que esas personas inviertan, esa es la forma adecuada de redistribuir la riqueza. Cuando esa gente gasta su dinero en comparar un negocio nuevo o cualquier otra cosa, literalmente están transfiriendo su riqueza a otras personas, y eso pasa sin tener que pagarle un sueldo a un burócrata.

Otra lección de economía básica; cuando un gobierno impone un impuesto a la herencia alta, lo que pasa es que los ricios simplemente buscan la forma de sacar el dinero del país y moverlo a paraísos fiscales. El gobierno cree que puede controlar ese escape de capital, pero para una familiar con millones de dólares, es fácil contratar a los mejores expertos financieros del mundo para proteger su dinero. En cambio dos hijos de un agricultor de clase media, que ahora no pueden ni ganar con la venta de la tierra, tendrán que sacar de su bolsillo para pagar el impuesto a la herencia que propone el Gobierno.

Claro, es menos de lo que supuestamente pagaría el rico, pero para una persona que solo tiene ese terreno en su economía, unos miles de dólares puede significar la educación de un hijo u otro bien fundamental que ya no podrá tener.

¿Pero qué pasa si el impuesto a la herencia es razonable, o tal vez si no existiría? Lo que pasaría es que los ricos van a invertir en el país, buscando más oportunidades y creando más negocios para que sus hijos puedan disfrutar de esa riqueza. Tal vez nos moleste que un hijo de un rico viva una vida buena por el esfuerzo de sus padres y tal vez esto no es justo, pero si tratamos de intervenir en esa situación por razones emocionales, entonces terminamos creando más problemas para la economía y para nuestro país en general.

Es raro el proyecto político que no tenga consecuencias inesperadas y cuando se trata del control económico, esas consecuencias normalmente son malas. Lo interesante, y lo que personas aparentemente ignorantes como nuestro presidente no saben, es que los resultados que buscamos se pueden manifestar sin hacer casi nada. Por ejemplo, lo de los hijos vagos de un rico, algo que ofende nuestras sensibilidades. Las estadísticas económicas globales nos indican que la riqueza no dura más de dos o tres generaciones; es decir si usted hace dinero, probablemente sus hijos tendrán una buena vida rica, pero sus nietos probablemente regresaran a la clase media. Todos conocemos a familias que antes tenían grandes fortunas pero que ahora hasta tiene problemas económicos, y todo sin que el súper héroe económico Rafael Correa haga nada al respecto. Y es obvio por que pasa esto, el hijo de un rico vive una vida protegida, donde se la da todo y nunca tiene que buscar la forma de salir adelante. Esto hace que no pueda realmente apreciar su dinero todo el trabajo que se necesitó para crearlo, por lo tanto se lo gasta de forma irresponsable y no queda nada para sus propios hijos.Puede ser que pase después de una o dos generaciones más, pero eventualmente casi siempre pasa.

Cuál es la concusión de todo esto, simplemente que impuestos a la herencia solo consiguen que el dinero se vaya del país, que la clase media pague de lo poco que tienen, y que no son realmente necesarios para prevenir las dinastías de familias ricas porque igual nunca duran. ¿Entonces para qué sirve este impuesto a la herencia que quiere imponer nuestro sabio presidente? Sirve para que el estado tenga más plata y para que los políticos tengan más poder y control sobre nuestras vidas.

Realmente no creo que Rafael Correa sea ignorante de economía, lo que creo es que el simplemente no puede soportar que los ciudadanos puedan tener la libertad de hacer con su dinero lo que ellos quieran, especialmente si son afluentes. Para él y todos los socialistas que piensan igual, una persona con dinero ganado de su esfuerzo y su visión para ver las oportunidad que otros no ven, es una amenaza fundamental a su poder. Ese es una persona independiente, que piensa por sí mismo y que no necesita del gobierno para vivir bien. Los socialistas entienden muy bien la economía, por eso tratan de destruirla. Ellos no quieren que todos seamos más ricos, sino que todos seamos más pobres.

Para ellos el ideal es de un campesino trabajando en el sol hasta quemar su piel y desgastar sus manos, o un peón trabajando en una fábrica desde el amanecer al anochecer sin ver ese mismo sol, todos trabajando miserablemente para empresas públicas. La persona que quiere más para sus hijos es un arrogante, el emprendedor no es alguien que busca dar un mejor servicio o producto, sino alguien que solo quiere explotar a los pobres. La ironía es que los que realmente han trabajado en esas condiciones entienden el valor del trabajo y muchos han buscado la forma de salir de esa situación por medio de los negocios.

Pero para el Presidente y sus seguidores la solución es que todos seamos igualmente infelices y dependientes de la misericordia de los que tienen la ideología correcta y forman parte del partido político correcto. Rafael Correa quiere ser el nuevo patrón y miembros de Alianza País virreyes de la nueva colonia. Pero no se dejen captar por esa visión diabólica, no se dejen seducir por una ideología que dejo millones muertos y miserables en el siglo 20. Podemos salir adelante todos, podemos desarrollar el país sin tener que penalizar el esfuerzo o la visión, pero solo si buscamos la libertad y el progreso y rechazamos los que se creen dueños de la verdad y buscan el control absoluto de nuestras vidas solo para satisfacer sus complejos emocionales.

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