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4.5.17

La Ignorancia Peligrosa de los Políticos.

Los políticos, y especialmente los políticos socialistas, tienden a buscar la forma de salvarnos de cada problema que existe en la sociedad, muchas veces sin pensar que pueden causar más problemas con sus acciones ignorantes. 

Un ejemplo de hoy es la situación de parqueos en la capital, donde según un reporte del diario El Comercio, se está buscando la forma de controlar y regular los parqueaderos privados por supuestos “abusos” que se han observado en ciertos parqueaderos particulares. Para corregir estos abusos, se plantea controlar los precios que cobran los parqueaderos usando “parámetros técnicos” que fijan un precio según estudios de la oferta y demanda.

Esto es completamente absurdo y contra cualquier conocimiento de economía básica. Se dice que el propósito es evitar la “descrecionalidad” en las tarifas, pero eso justamente es como funciona un mercado de servicios o productos. Un emprendedor por su mismo criterio, usando cualquier información a su disponibilidad, fija un precio. Si ese precio es muy alto, el emprendedor no recibe muchas ofertas por su servicio o producto. Mucha gente se puede molestar por pagar un monto que le parece excesivo, pero nadie les ha obligado a parquear su automóvil en ese estacionamiento. Si esa persona que se molesta por el precio, lo paga de todas formas, esa persona está aceptando ese precio por su propia voluntad y por lo tanto es un precio legítimo. Por otro lado, lo que ese precio molestoso genera, si no se meten los políticos ignorantes, es una oportunidad para que otro emprendedor pueda competir con un precio menor, o tal vez un mejor servicio.

Por esa razón, la competencia libre y las funciones de mercado, tenemos hoy teléfonos celulares que cuestan cien dólares pero que son más poderosas que una computadora de mil dólares hace diez años. Si los gobiernos del mundo hubieran intervenido cuando los celulares costaban miles de dólares por que a la gente le parecía “abusivo”, entonces es muy probable que hoy siguieran costando lo mismo y tendrían menos capacidad.

Lo único que puede generar este proyecto de ordenanza es que los emprendedores dejen de montar negocios de parqueaderos privados y que se reduzca de forma radical los espacios para parquear los automóviles en la ciudad. Los negocios funcionan por que las ganancias superan los costos, y existen suficientes utilidades como para que valga la pena emprender en esa actividad. Cuando un político se mete dentro de ese proceso, siempre va ser con ignorancia del pensamiento y consideraciones que llevaron a esa persona a montar el negocio. Está bien que se regulen los espacios públicos, y debería ser prohibido tomar uso de esos espacios para enriquecimiento privado, pero obligar a los parqueaderos privados, que se encuentran en propiedad privada, a mantener un precio arbitrario decidido por comité, u ofrecer servicios que le parecen correctos a un político, es la forma más rápida a quebrar a esos negocios.

¿Sería eso una solución buena a los problemas destacados en el artículo?

Debería ser claro con este ejemplo, que las intenciones buenas de los políticos pueden causar más o peores problemas a los que se busca eliminar. Por eso es mejor que las personas sean libres para montar prestar servicios o vender productos de la forma que ellos piensan correcta, obviamente sin fraude u obligación. La función correcta de un gobierno, sea municipal o nacional, es por lo tanto castigar a los que violan los derechos de los demás o cometen fraude. Al enfocarse esto, el gobierno permite que las personas puedan comprar y vender sabiendo que si alguien les estafa ellos no saldrán con la suya. Eso genera más emprendimiento y más comercio que aumenta la calidad de productos y servicios en el mercado y al mismo tiempo baja los costos de estos para los ciudadanos.
Al contrario, entre más controles hay, mas negocios dejan de funcionar y menos recursos públicos existen para controlar a los criminales, lo que genera inseguridad y desconfianza en la sociedad.

Lo importante en este círculo de desarrollo o caída económica es el político que toma la decisión de enfrentarse contra el crimen o enfrentarse contra el emprendedor. En la mayoría de las veces, meterse en los temas de negocios requiere información que el político nunca puede obtener porque no es su negocio y no es su forma de ganarse la vida que está en juego, por eso también casi siempre ese tipo de intervención está destinada a fracasar. Al contrario, con el criminal se sabe claramente en que ha violado la ley y ha hecho daño a los demás, políticamente es mucho más fácil enfrentarse a eso y ser efectivo.  

La idea no es ser ideológico, sino pragmático. Puede ser que nos molesta que alguien gane mucho dinero cobrando por parqueaderos escasos en una ciudad, pero es mejor aceptar esa inconveniencia y mantener la libertad de comercio, que tratar de controlarla y destruir a ese mismo comercio que nos da beneficios innumerables en otros ámbitos. Y si queremos una mejor sociedad, con más equidad, libertad y prosperidad, sería mejor enfocarnos en luchar contra la delincuencia y la corrupción, porque eso va a rendir más que tratar de controlar como la gente le da de comer a sus familias, algo que casi nunca es práctico y en muchos casos no es ético. 

30.3.17

Maduro ahora es dictador. ¿Será Lenin Moreno el próximo?


Hoy la corte suprema de Venezuela declaro nulo el poder legislativo de la asamblea nacional de ese país por supuestas irregularidades en las elecciones de 3 legisladores opositores.

En las acciones de esta “corte” que dice luchar por mantener un “estado de derecho”, pero realmente viola toda normal internacional democrática, podemos ver el futuro oscuro del Ecuador. Pero el futuro del Ecuador, y el terrible presente de Venezuela, no debería ser una sorpresa para los que conocen la historia del socialismo.

Vladimir Lenin fue un revolucionario asesino, Stalin lo supero matando a más de 30 millones de seres, y lo hizo antes de que comience Hitler su plan diabólico. Después de la segunda guerra mundial, la revolución socialista de Mao en China fue responsable por la muerte de 50 millones de personas, muchas por hambre y muchas por simplemente ser “enemigos” de la revolución. En Cuba en los 60, Fidel Castro y Che Guevara brutalmente reprimieron a cualquier voz que se opuso a su régimen, asesinaron y encarcelaron a miles y crearon una policía secreta que todavía controla los pensamientos y niega la libertad de expresión a los cubanos. En Camboya en los años 70, el socialismo se convertio en un genocidio monstruoso que acabo con el 25% de la población de ese país. En Corea del Norte, reina hasta hoy un maníaco socialista que se cree dios y tiene en esclavitud física, mental y espiritual a una nación entera.

Millones murieron de hambre en China por el socialismo. 

Las matanzas de Stalin
A esta filosofía económica y política que solo ha causado la miseria en todos los lugares que se ha practicado se suma Lenin Moreno, que a pesar de haber declarado que ciertas partes eran “obsoletas” sigue creyendo en sus principios fundamentales manifestados en lo que se ha denominado el “socialismo del siglo 21”. ¿Pero que tan diferente puede ser este socialismo pintado de rosas a lo que practicaron los gobiernos déspotas socialistas del pasado cuando el país que comenzó esta nueva revolución en América Latina hace casi veinte años está en la ruina?

Lenin Moreno condecorando a un dictador.
Venezuela ahora no solo es una dictadura plena, sino también es un país donde la hiperinflación hace que el Bolívar sea más valioso como papel higiénico que como moneda nacional. Por esta revolución moderna, una nación que tiene la riqueza petrolera más grande del mundo, vive paralizada por el crimen y el hambre, donde los enfermos se mueren por falta de medicina básica y la voz del pueblo es silenciada por rufianes viciosos uniformados.

Familias sin comida en Venezuela

Los enfermos en Venezuela se mueren por falta de medicina. 

Los venezolanos ahora son como los rusos, los chinos, los cubanos o los coreanos; víctimas de las aspiraciones revolucionarias de gente que cree que el ser humano se puede reducir a una formula, que los problemas humanos se arreglan por comité, y que la economía de un país entero se puede dirigir desde un solo escritorio.

Piensen en cómo son sus vidas, que dinámicas y que complicadas son las decisiones que toman cada día. Deben considerar que una economía es simplemente todas esas decisiones de que comprar y que hacer, pero de una forma masiva. El socialismo propone que un burócrata sabe más sobre que necesitan las personas en una economía que las propias personas o los que les venden productos y servicios.

Ellos creen que pueden controlar a una economía entera y decidir que es “justo” y que no es. ¿Pero no es más factible dejar que cada persona determine qué le parece justo en su situación?
El deber de un gobierno es aplicar la ley de forma justa, de crear una plataforma de libertad en donde las personas pueden tomar sus propias decisiones y salir adelante por sus propios méritos, no crear un sistema corrupto en donde se tiene que pedir permiso para trabajar y hay que pagar coimas para no ser abusado.

¿Qué tipo de país se ha construido en los últimos diez años?

Nadie dice que un gobierno no puede ayudar a los más pobres, o invertir en infraestructura y educación, pero lo que la historia ha comprobado de la forma más brutal y directa, es que el socialismo es el fracaso más grande de la humanidad y cualquier persona que todavía cree que Marx o Lenin tenían razón es ignorante, loco, o un charlatán que solo busca el poder y el control. Está bien claro que Nicholas Maduro es las tres cosas, pero solo basta que Lenin sea una para destruir al 
Ecuador y esclavizar a la población con sufrimiento y inseguridad.  


Es tiempo de ser valientes y rechazar a los que siguen creyendo en un sistema político y económico que estrangula a la creatividad humana, que aplasta los sueños de los jóvenes y que solo permite que los miembros de un partido político puedan tener una buena vida. A los venezolanos se les está acabando las opciones, en poco tiempo tendrán que levantar las armas para ser libres y el costo de ese conflicto no será bajo, ni para ellos ni para la región. El sabio aprende de las malas decisiones de los otros y evita cometer los mismos errores, el tonto aprende por experiencia.

¿Serán los ecuatorianos sabios, o aprenderán por medio de la incompetencia, la corrupción y la brutalidad que el socialismo no funciona?