Hace dos domingo las principales ciudades del Ecuador, Guayaquil, Quito, Cuenca y Manta pusieron en duda el proyecto de Alianza País y del Presidente Rafael Correa, optando por elegir a candidatos de otros movimientos políticos a sus respectivas alcaldías. Anqué muchos esperaron que en Guayaquil el actual Alcalde Jaime Nebot no iba a tener mucho problema en derrotar Viviana Bonilla, no se esperó una derrota tan fuerte en la capital donde Mauricio Rodas le gano al actual Alcalde Augusto Barrera por casi 20 puntos. Considerando la fuerza de alianza país en el Ecuador, es difícil creer que esto pudo haber pasado.
La plena verdad es que los políticos de AP no han sido todo lo que los ciudadanos Ecuatorianos han esperado. Comenzando con el mismo presidente, vemos una arrogancia general y una actitud en que AP tiene toda la razón, toda la verdad y cualquier opinión en contra cualquier política es categorizada como ‘tracción’, ‘complot’ o algo que viene de la ‘oligarquía’, ‘derecha extrema’ o ‘los mismos de siempre’. En la mente del oficialismo no hay oposición sincera a las ideas, no hay desacuerdo legítimo con los proyectos legales, y toda duda ya ha sido respondida, sea en los enlaces o por medio de interrupciones a la ‘prensa corrupta’ todas las noches.
Aunque si pueden engañarnos por un tiempo, eventualmente nos damos cuenta de la realidad. Cuando un ciudadano quiere sacar un permiso de funcionamiento para su negocio pequeño, cuando un ciudadano se ve inundado por reglamentos y tramites confusos solo para funcionar normalmente en su entorno laboral, y cuando un ciudadano es acosado por la policía por cosas triviales mientras los mismos no se atreven a enfrentarse contra la delincuencia violenta y cuando es tratado mal por los funcionarios de los miles de ministerios que regulan todo aspecto de su vida y que les encanta decir NO, ese ciudadano se da cuenta que esta ‘revolución’ es una mentira y que solo se ha cambiado un grupo corrupto e ineficiente por otro.
Antes teníamos a los ricos y las familias conocidas que manejaban todo en el país y que por su falta de visión y sacrificio dejaron que unos de los países más ricos en recursos naturales del mundo se convierta en un paraíso para los criminales y los corruptos. Por esa razón, cuando llego el Sr. Presidente con toda su pasión y energía, hablando de cambiar las cosas y sacar adelante al país, mucha gente, incluso los que pertenecían a las clases privilegiadas, le apoyaron. Pero como casi todas las revoluciones que han existido en la historia de la humanidad, la “revolución ciudadana”, la lucha por el “buen vivir”, se convirtió en algo peor a lo que se peleaba en contra.
Por un lado si hemos visto un cambio de poder y mucha gente que no tenía voz ahora está en posiciones de poder e influencia. Pero por otro lado vemos que ciertas familias todavía tienen sus negocios de monopolio y que se mantienen en su poder por medio del apoyo electoral y las donaciones, mientras los pequeños empresarios que no tienen millones para donar a campañas de AP, no pueden importar ninguna cosa para vender a su vecino sin tener que pasar por docenas de trámites y funcionarios abrasivos que podrían exhausta hasta la paciencia del mismísimo Gandhi. Vemos también un gobierno que se cree su propia propaganda, que piensa que es necesario silenciar a un caricaturista o un polémico editorial para proteger a una revolución supuestamente tan exitosa como la nuestra. Tan fuerte y tan buena es la revolución ciudadana que el Presidente y su gente está planteando otra reforma constitucional para poder se re-elegido indefinidamente. Un movimiento que depende de la fuerza de voluntad y carácter de un solo hombre, es un movimiento tan frágil que se desplomará en el momento que esa figura ya no este como se ha visto trágicamente en Venezuela después de la muerte de Chávez.
AP tuvo una oportunidad grandiosa cuando llego al poder, y Rafael Correa pudo hacer lo que muchos antes no pudieron, abrir la apertura política para nuevas ideas y nuevos movimientos. Pero como Vladimir Lenin y sus bolcheviques lo primero que hicieron al tomar el poder, es ver la forma de poder callar o controlar a las voces diversas que podrían cuestionar su plan radical par el país. Obviamente no pudrieron eliminar los derechos humanos o la democracia porque ya no es factible hacer eso en el siglo 21, pero si han hecho todo lo posible para frustrar y detener a los que se atreven a oponerse al plan oficial.
Todo eso no le ha dado a AP el control completo que ha deseado, simplemente porque es imposible tapar al sol con un dedo como pretenden hacer y porque hoy en día con el internet los ciudadanos nos podemos informar sobre las ideas que plantean y si realmente han sido implementadas tan exitosamente como ‘informa’ en gobierno. Vivimos en un mundo en que las imágenes brutales y trágicas que salen de Venezuela, de un gobierno que reprime con balazos a la cabeza a los ciudadanos por ser tan alzados a quejarse de no tener pan y leche en las tiendas y por vivir con niveles de homicidio visto solo en zonas de guerra. AP y el Presidente debido a un romanticismo infantil con el socialismo se han asociado con torpes como Hugo Chávez y asesinos como Fidel Castro que han llevado a sus respectivos países a la ruina. Los ecuatorianos no somos tontos, vemos esa asociación y vemos como nuestro presidente invita a la basura humana más grande del mundo y los alaba como semidioses. Vemos eso y sabemos que vamos en ese mismo camino.
Tal vez el Presidente tenga más compasión que Fidel o sea más listo que Chávez o por lo menos Maduro, pero al final del día es suscribe a las mismas ideas que ni siquiera en un país tan grande y rico como Rusia, o con tanta historia como China, pudieron funcionar. Ideas que crearon a gobiernos tan débiles e irreales que solo con una represión brutal que esclavizo, asesino, o condeno a la hambruna a millones de millones de personas pudieron existir por más de un par de décadas. Si no fuera por el sufrimiento de los ciudadanos en Venezuela y próximamente en el Ecuador, sería realmente fascinante saber cómo personas pueden luchar tanto por un ideología tan vacía y que ya ha sido comprobada como un fracaso total en este proyecto eterno que llamamos civilización.
Con estas primeras pero significantes derrotas, tenemos que retomar los espacios políticos para poder difundir ideas que si han funcionado en la vida real y que han podido sacar a millones de personas de la pobreza. Tenemos una última oportunidad a frenar y reversar esta revolución fraudulenta e iniciar una EVOLUCION verdadera hacia un futuro concreto. Un futuro en donde nuestros hijos e hijas podrán vivir en un país donde el gobierno facilita la vida en vez de hacerla más difícil, donde la ley es justicia no política, donde la delincuencia es castigada no ignorada y donde la corrupción realmente se elimina en vez de simplemente cambiar de manos.