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4.8.14

¿DE QUÉ SIRVE LA PRENSA?

Libertad de expresion ecuador
El oficialismo suele decir que la prensa en nuestro país es “corrupta”, que solo sirve los intereses de los ricos y la “oligarquía” (que realmente solo quiere decir los ricos que no están con el gobierno, porque los otros si son buenos). Por esta razón, la prensa debe ser regulada por el estado y sus organismos como la SUPERCOM.

Cuando alguien pregunta sobre la libertad de expresión, o cuando se le cuestiona a nuestro presidente fuera de este país, se responde que como aquí los periodistas son “mediocres”, no se debe respetar a esta libertad porque solo es una forma de cubrirse las espaldas cuando mienten o distorsionan la verdad para servir intereses privados. Por eso ya no se habla realmente de una libertad de expresión, sino de un “derecho a la comunicación”.

De cierta forma suena como casi la misma cosa, pero no es porque una libertad de expresión es simplemente la capacidad de expresarse como dicte la conciencia, sin interferencia alguna del poder político de una sociedad. Un derecho a la comunicación en cambio implica que el estado tiene un rol activo, que tiene que hacer que los ciudadanos reciban comunicación supuestamente veraz e importante para sus vidas y la participación democrática.

El problema con este derecho a la comunicación, es que es casi imposible verificar y regular cada expresión que pueda llegar a los ciudadanos de forma masiva. En una sociedad moderna y dinámica, donde hay tanta información para procesar y comunicar por varios medios, sería imposible poder garantizar que todo lo que llegue a nosotros sea perfectamente veraz, neutral y útil. A lo largo del tiempo, el gobierno va a tener que intervenir más y más en los distintos medios para poder cumplir con este derecho. En cambio simplemente dejar que los ciudadanos se expresen libremente es relativamente fácil; solo tienen que dejarlos en paz. Hasta el burócrata más incompetente puede hacer eso.

Por otro lado, y considerando la historia de la humanidad y la forma en que el poder corrompe a las personas, lo más probable es que cualquier intervención por parte del estado para garantizar una buena comunicación, terminara en un control sobre la comunicación en que solo lo que apruebe el gobierno salga a la luz del día.

Esto es lo que vemos en otros países del mundo donde no hay una libertad de expresión, sino un derecho a la comunicación. El gobierno garantiza el derecho por medio de sus estaciones de radio y televisión estatales, pero hace que estos mismos solo difundan información positiva de las políticas del gobierno. En muchos casos no hay medios privados por que como la comunicación es un derecho social y no privado, solo el estado lo puede generar de forma masiva. En ese contexto es casi imposible que los ciudadanos se enteren de los errores de los poderosos o que puedan escuchar argumentos de otros movimientos políticos.

Esta implicación nos lleva a la respuesta de la pregunta de este comentario, “de qué sirve la prensa?” La prensa en un país libre y democrático, sirve como un control más al poder del estado. No existe solo para proveer información o comunicación a los ciudadanos, lo puede hacer y normalmente lo hace de varias formas, pero no es su rol principal. El Presidente quiere que nosotros veamos a la prensa como un servicio de comunicación, porque de esa forma es fácil poner el argumento que el estado debería regularlo así como regula la calidad del agua o la luz para que sean de buena calidad y no hagan daño. Si lo vemos como una forma de poder enfrontar y criticar al poder, especialmente del estado, la regulación de contenidos y presentación no tiene sustento coherente.

Los intelectuales, filósofos y líderes, cuyas ideas formaron la base de las primeras revoluciones democráticas en el Reino Unido, Estados Unidos y Francia, pensaban que una prensa libre podía limitar las ambiciones de personas en el poder. Creían que era sumamente necesario que los periódicos puedan publicarse y circular libremente dentro de una sociedad democrática porque eso podría garantizar que los ciudadanos se pongan bravos y actúen cuando todos los otros controles internos de un gobierno fallen. Si los jueces dejen de ser independientes, si los legisladores dejen de legislar por sus propias iniciativas y se conviertan en títeres del ejecutivo, las autoridades electorales negaban propuestas del pueblo, por lo menos la prensa pueda decir lo que estaba pasando y la ciudadanía se levantaría.

Lo curioso es que el rol de la prensa es hacer exactamente lo que el Presidente critica, básicamente oponerse a lo que hacer el gobierno. Es verdad que deberían difundir verdades y tratar de ser objetivos, pero también pueden existir periódicos completamente críticos y opositores del estado, eso es parte de una democracia dinámica y real. No habría ningún problema por ejemplo, en que personas que apoyan el gobierno y sus políticas puedan también hacer un periódico en donde todo lo que se escribe es a favor del Presidente o Alianza País. Y si es cuestión de una supuesta deficiencia en calidad, el gobierno podría crear un especie de BBC (Empresa de Radiodifusión Británico) or PBS (Servicio Publico de Radiodifusión). Estos servicios en Inglaterra y Estados Unidos funcionan con fondos públicos y existen para brindar un servicio de información de alta calidad, pero son completamente independientes, no como Ecuador TV o el Telégrafo que tienen posiciones editoriales dictados por el gobierno actual. La idea es tener un recurso público de información, como dice querer el Presidente, pero sin que sea sujeto al control del movimiento o partido que en ese momento se encuentra en el poder.

De todas formas, cuando hay libertad, todos los lados, todas las opiniones pueden expresarse y tratar de convencer a los ciudadanos de sus ideas. Y no estamos ya en una época en donde se requería millones de dólares para invertir en prensas o estaciones de televisión, con cualquier blog o video en YouTube se puede llegar a miles de personas instantáneamente. Las nuevas potencias en los medios internacionales como Huffington Post, son y han sido exclusivamente en internet, con costos de inversión alcanzables para cualquier clase. Por eso ya no hay ninguna buena razón para limitar la libertad de expresión y tratar de controlar o silenciar a la prensa. La única razón para hacer eso es nada más y menos que el control. La idea es poder controlar lo que llega al oído y a los ojos del ciudadano, para de esa forma poder gestionar un proyecto político sin interferencia mayor.

No dudemos que el Presidente quiere este poder para poder salvar al país como el cree que es su deber, y pensemos que han de haber muchas personas en el gobierno que realmente creen que pueden crear una prensa más profesional y responsable. Pero no podemos dejar que por las buenas intenciones, se destruye los valores fundamentales de nuestra sociedad. No podemos dejar que un grupo político y su líder nos traten de quitar algo esencial, un derecho que viene no de la mente del hombre, sino de la mano de Dios, un Dios que nos creó libres y soberanos, capaces de expresarnos de cualquier forma que nuestra imaginación y creatividad nos deje. El que atente contra eso, atenta contra la estructura basica de la creación y solo llevara a cualquier sociedad que se deje, a la miseria.

24.5.14

¿Que es el capital?

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Cuando el Presidente de la República y sus seguidores en Alianza País hablan sobre el “capital” normalmente se refieren a las clases ricas nacionales e internacionales que usan su dinero para influenciar a la política y favorecer a los de su misma clase. Según el discurso oficialista, la revolución ciudadana se ha luchado en contra de este capital y ha buscado cambiar las relaciones de poder en el país para que ya no puedan controlar el sistema y explotar a las masas. El capital en sus argumentos es simplemente una forma de decir “los ricos” que han ganado sus riquezas no por el trabajo, emparedamiento o innovación, sino por el robo y la manipulación.

¿Viéndolo de esa forma, quien podría defender al capitalismo, quien podría luchar para mantener un mercado libre y autónomo? La estratégica propagandista entonces se base en que los ciudadanos crean que el capital es sinónimo con la oligarquía y la explotación de los pobres por los ricos corruptos.

Hay que admitir que si hemos vivido una historia en donde unas pocas familias y sus aliados han controlado y manipulado al estado y la sociedad para su propio beneficio y a la ves perjudicando y abusando a los más vulnerables. No podemos negar o minimizar los abusos del pasado, pero hay que ser bien claros en cuales fueron los abusos y como realmente se deberían categorizar.

El problema con la estrategia de pintar al capitalismo como explotación y corrupción es que no tiene nada que ver con lo fundamental detrás de esa filosofía económica. El “capital”, no es nada más ni menos que un mecanismo productivo, lo que se usa para producir algo. En lenguaje común, la gente conoce al capital como dinero, lo que hace que sea mucho más fácil que el gobierno nos pueda convencer que los capitalistas son los que tienen mucho dinero. En términos económicos, el capital es lo que uno usa para producir algo, sea la maquinaria en una fábrica o la computadora que permite escribir libros. En este sentido, cualquier persona que es dueño de un bien productivo, sea un empresario dueño de una fábrica inmensa o un sastre dueño de una simple máquina de coser, puede ser considerado un “capitalista”.

En general, creer en el capitalismo simplemente quiere decir que uno cree que las personas privadas deberían tener el derecho de ser dueños del capital, es decir dueños de bienes productivos, y que tengan también el derecho de gozar de las ganancias que salen de ese capital. Retomando el ejemplo de un sastre con su máquina de coser, el capitalismo implica que el sastre tiene todo el derecho del dinero que consigue confeccionando o arreglando prendas de vestir.

Siguiendo con el sastre, si esta misma persona contrata a dos personas que le ayuden a cortar tela y coser, y comienza a producir más camisas, ternos, y blusas que hacía antes solo, obviamente va a ganar más dinero que los sastres que trabajan independientemente. Si él puede organizar bien a sus trabajadores, pagarles bien para atraer a un buen talento humano, y manejar sus financias de forma adecuada, tal vez pueda abrir varios locales donde pueda ofrecer sus confecciones únicas y arreglos eficientes a más clientes. Entonces este sastre tendrá aún más ganancias que el sastre independiente o el que solo tenga un local.
¿Esto es una explotación? ¿Esto es corrupción? ¿Qué hay de malo en esto?

Examinando el capitalismo de esta forma, ya no es tan fácil verlo como una simple explotación, especialmente si consideramos a una persona común que por sus propios esfuerzos llega a ser exitosa. Posiblemente la gran mayoría de las personas que apoyan al oficialismo no tienen ningún problema con un sastre ganando más dinero que otros sastres si consigue montar un negocio eficiente, tal vez muchos de esa mayoría quisiera ser lo mismo en su propio entorno.
Obviamente, la economía en el Ecuador desde la conquista no ha tenido mucha relación con lo que el ejemplo que hemos destacado.

¿Pero si el ejemplo es lo que representa el capitalismo, y no parece ser algo malo, entonces de que habla el Presidente cuando critica lo que ha existido en el país por tantos años?

Si tenemos nuestros conceptos bien formados y somos honestos, la realidad es que nunca ha existido el capitalismo verdadero o un mercado libre y autónomo en el Ecuador. Si consideramos la historia legal y económica del país en los últimos cien años, nos encontramos con controles, reglamentos, impedimentos y trabas a el desarrollo libre del comercio. Las familias poderosas, como en todo Latino América, han creado sistemas de control y explotación para prevenir que un mercado libre realmente existe y que la gente pueda participar en el capitalismo de forma inclusiva. Por ejemplo, el proceso para constituir una empresa, con sus varios pasos complejos y absurdos como tener que publicar un anuncio en un diario, favorece a los que ya tienen dinero como para poder contratar a una abogado y tramitador. El resto no tiene el tiempo para perder en la burocracia, lo que les mantiene en una economía informal donde nunca van a tener acceso al crédito que les permita crecer sus negocios.

En el sistema tradicional del Ecuador, estas personas nunca tuvieron la oportunidad de salir adelante, no porque el capitalismo es intrínsecamente malo, sino porque no se ha respetado el concepto de libre comercio y no ha existido un estado realmente liberal en donde la gente tiene el derecho de hacer negocios sin tener que pasar por miles de pasos legales.

No se habla de esa realidad, no se habla de que nunca hemos tenido un libre mercado en el Ecuador, que siempre las grandes familias y sus empresas monopolistas han controlado el mercado y han usado al estado como su arma para protegerse contra la competencia legítima. El Presidente tiene razón cuando dice que el estado ha sido muy débil, pero no ha sido débil por el capitalismo, sino porque los ecuatorianos no han querido tener un capitalismo verdadero, algo que requiere un estado fuerte pero limitado. Es realmente una cuestión de valores y principios. En el país y la región los valores de egoísmo familiar, paternalismo, y aristocracia han sido puestos encima del republicanismo, el comercio libre y la igualdad bajo la ley.

Si vemos a los nuevos ricos del país, y sus conexiones con el oficialismo y sus partidarios que ahora controlan muchos de nuestros recursos y economía, nos damos cuenta que los valores de las viejas familias no han sido remplazados por ningún socialismo del siglo 21, sino existen como siempre, solo con nuevas autoridades al mando. Por eso es importante entender realmente los conceptos que discutimos y no dejarnos engañar por nuestras propias ignorancias e idiosincrasias culturales.

8.3.14

¿Revolución o Evolución?

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Hace dos domingo las principales ciudades del Ecuador, Guayaquil, Quito, Cuenca y Manta pusieron en duda el proyecto de Alianza País y del Presidente Rafael Correa, optando por elegir a candidatos de otros movimientos políticos a sus respectivas alcaldías. Anqué muchos esperaron que en Guayaquil el actual Alcalde Jaime Nebot no iba a tener mucho problema en derrotar Viviana Bonilla, no se esperó una derrota tan fuerte en la capital donde Mauricio Rodas le gano al actual Alcalde Augusto Barrera por casi 20 puntos. Considerando la fuerza de alianza país en el Ecuador, es difícil creer que esto pudo haber pasado.

La plena verdad es que los políticos de AP no han sido todo lo que los ciudadanos Ecuatorianos han esperado. Comenzando con el mismo presidente, vemos una arrogancia general y una actitud en que AP tiene toda la razón, toda la verdad y cualquier opinión en contra cualquier política es categorizada como ‘tracción’, ‘complot’ o algo que viene de la ‘oligarquía’, ‘derecha extrema’ o ‘los mismos de siempre’. En la mente del oficialismo no hay oposición sincera a las ideas, no hay desacuerdo legítimo con los proyectos legales, y toda duda ya ha sido respondida, sea en los enlaces o por medio de interrupciones a la ‘prensa corrupta’ todas las noches.

Aunque si pueden engañarnos por un tiempo, eventualmente nos damos cuenta de la realidad. Cuando un ciudadano quiere sacar un permiso de funcionamiento para su negocio pequeño, cuando un ciudadano se ve inundado por reglamentos y tramites confusos solo para funcionar normalmente en su entorno laboral, y cuando un ciudadano es acosado por la policía por cosas triviales mientras los mismos no se atreven a enfrentarse contra la delincuencia violenta y cuando es tratado mal por los funcionarios de los miles de ministerios que regulan todo aspecto de su vida y que les encanta decir NO, ese ciudadano se da cuenta que esta ‘revolución’ es una mentira y que solo se ha cambiado un grupo corrupto e ineficiente por otro.

Antes teníamos a los ricos y las familias conocidas que manejaban todo en el país y que por su falta de visión y sacrificio dejaron que unos de los países más ricos en recursos naturales del mundo se convierta en un paraíso para los criminales y los corruptos. Por esa razón, cuando llego el Sr. Presidente con toda su pasión y energía, hablando de cambiar las cosas y sacar adelante al país, mucha gente, incluso los que pertenecían a las clases privilegiadas, le apoyaron.  Pero como casi todas las revoluciones que han existido en la historia de la humanidad, la “revolución ciudadana”, la lucha por el “buen vivir”, se convirtió en algo peor a lo que se peleaba en contra.

Por un lado si hemos visto un cambio de poder y mucha gente que no tenía voz ahora está en posiciones de poder e influencia. Pero por otro lado vemos que ciertas familias todavía tienen sus negocios de monopolio y que se mantienen en su poder por medio del apoyo electoral y las donaciones, mientras los pequeños empresarios que no tienen millones para donar a campañas de AP, no pueden importar ninguna cosa para vender a su vecino sin tener que pasar por docenas de trámites y funcionarios abrasivos que podrían exhausta hasta la paciencia del mismísimo Gandhi. Vemos también un gobierno que se cree su propia propaganda, que piensa que es necesario silenciar a un caricaturista o un polémico editorial para proteger a una revolución supuestamente tan exitosa como la nuestra. Tan fuerte y tan buena es la revolución ciudadana que el Presidente y su gente está planteando otra reforma constitucional para poder se re-elegido indefinidamente. Un movimiento que depende de la fuerza de voluntad y carácter de un solo hombre, es un movimiento tan frágil que se desplomará en el momento que esa figura ya no este como se ha visto trágicamente en Venezuela después de la muerte de Chávez.

AP tuvo una oportunidad grandiosa cuando llego al poder, y Rafael Correa pudo hacer lo que muchos antes no pudieron, abrir la apertura política para nuevas ideas y nuevos movimientos. Pero como Vladimir Lenin y sus bolcheviques lo primero que hicieron al tomar el poder, es ver la forma de poder callar o controlar a las voces diversas que podrían cuestionar su plan radical par el país. Obviamente no pudrieron eliminar los derechos humanos o la democracia porque ya no es factible hacer eso en el siglo 21, pero si han hecho todo lo posible para frustrar y detener a los que se atreven a oponerse al plan oficial.

Todo eso no le ha dado a AP el control completo que ha deseado, simplemente porque es imposible tapar al sol con un dedo como pretenden hacer y porque hoy en día con el internet los ciudadanos nos podemos informar sobre las ideas que plantean y si realmente han sido implementadas tan exitosamente como ‘informa’ en gobierno. Vivimos en un mundo en que las imágenes brutales y trágicas que salen de Venezuela, de un gobierno que reprime con balazos a la cabeza a los ciudadanos por ser tan alzados a quejarse de no tener pan y leche en las tiendas y por vivir con niveles de homicidio visto solo en zonas de guerra.  AP y el Presidente debido a un romanticismo infantil con el socialismo se han asociado con torpes como Hugo Chávez y asesinos como Fidel Castro que han llevado a sus respectivos países a la ruina. Los ecuatorianos no somos tontos, vemos esa asociación y vemos como nuestro presidente invita a la basura humana más grande del mundo y los alaba como semidioses. Vemos eso y sabemos que vamos en ese mismo camino.

Tal vez el Presidente tenga más compasión que Fidel o sea más listo que Chávez o por lo menos Maduro, pero al final del día es suscribe a las mismas ideas que ni siquiera en un país tan grande y rico como Rusia, o con tanta historia como China, pudieron funcionar. Ideas que crearon a gobiernos tan débiles e irreales que solo con una represión brutal que esclavizo, asesino, o condeno a la hambruna a millones de millones de personas pudieron existir por más de un par de décadas. Si no fuera por el sufrimiento de los ciudadanos en Venezuela y próximamente en el Ecuador, sería realmente fascinante saber cómo personas pueden luchar tanto por un ideología tan vacía y que ya ha sido comprobada como un fracaso total en este proyecto eterno que llamamos civilización.

Con estas primeras pero significantes derrotas, tenemos que retomar los espacios políticos para poder difundir ideas que si han funcionado en la vida real y que han podido sacar a millones de personas de la pobreza. Tenemos una última oportunidad a frenar y reversar esta revolución fraudulenta e iniciar una EVOLUCION verdadera hacia un futuro concreto. Un futuro en donde nuestros hijos e hijas podrán vivir en un país donde el gobierno facilita la vida en vez de hacerla más difícil, donde la ley es justicia no política, donde la delincuencia es castigada no ignorada y donde la corrupción realmente se elimina en vez de simplemente cambiar de manos.