Después de abandonar completamente el proyecto Yasuni ITT, poniendo en riesgo una de las áreas más biodiversas del mundo, el Presidente Correa se puso a la defensiva. Proclamo:
“Hay grupos que están politizando el Yasuní ITT, para por fin derrotar al gobierno, y manipulan sobre todo a los jóvenes”
El Presidente ve cómo se movilizan los ecuatorianos para salvar a la ecología del país y como siempre trata de crear una película donde no existe oposición real, sino otro complot de la “oligarquía”. En vez de enfrentar las preguntas y la preocupación del pueblo ecuatoriano con argumentos y con ideas, se pone a pelear con los mismos fantasmas de siempre. Como una amenaza, el Presidente dice por Twitter que va a poner su propia consulta popular y pedir que los “diarios solamente digitales para ahorrar papel y evitar tanta tala indiscriminada de árboles”.
¿Cómo puede un Presidente supuestamente competente y con tanta educación decir algo tan ridículo?
Esos son los juegos que vemos en nuestro país, una burla de la verdad y un atento contra la libertad de expresión. El Presidente solo busca escusas para criticar a la “prensa corrupta” y a todos que se atreven desafiar su magnífica alianza. Hace eso en vez buscar cómo proteger los supuestos derechos que tiene la naturaleza dentro de la constitución.
El plan del gobierno para desarrollar al país se basa en la extracción de los recursos minerales y petroleros más valiosos dentro de la tierra. Esa extracción en muchas ocasiones se hace por medio de contratos sospechosos y dando preferencia a empresas estatales chinas con historias bien preocupantes de contaminación ambiental. Es verdad que con el dinero que se produce por medio de una economía extractiva, se puede invertir en la infraestructura y educación, y de esa manera levantar a los más pobres y crear actividades económicas más diversas. Sin embargo, también estamos destruyendo lo más precioso que tiene el país, y estamos vendiendo nuestra soberanía a un país que solo le importa crecer económicamente y no se preocupa por los costos humanitarios y ecológicos. Correa ha cambiado la influencia y control del “imperio” estadunidense, por un control chino que no sabemos a dónde llegara en los próximos años.
Para empeorar las cosas, no se ve realmente un plan bueno para diversificar la economía y crear industrias de valor agregado que en el futuro puedan reemplazar la misma matriz productiva que existe en el ecuador hace más de 100 años. Vivimos en un país donde se demora meses en crear la empresa más pequeña y básica, y en donde hay tanta burocracia y tanto control previo a cualquier actividad que es casi imposible innovar y crear los tipos de productos y servicios que se ven en economías modernas y dinámicas. El banco del fomento y varias otras iniciativas para el financiamiento público de los negocios tienen tantas trabas y tan malo servicio, que la mayoría de los solicitantes de créditos se dan por vencidos antes de recibir un dólar.
Por estas razones, no tiene mucho sentido confiar en las palabras del Presidente cuando declara que solo se afectara menos del 1% del parque Yasuni con la extracción del petróleo. El problema no son las operaciones cuando todo va bien, sino lo que puede pasar cuando algo pase y haiga un derramé grande. Ya hemos visto que puede pasar con el caso de Chevron, pero el Presidente pretende que nosotros tengamos rencor y odio contra esa empresa petrolera, pero que estemos completatmente tranquilo con lo que pase bajo su control. Es un riesgo muy alto para lo que vamos a conseguir, especialmente si tomamos en cuenta el mal manejo hasta hora de la inversión pública y la economía en general. Los miles de millones de dólares que nos puede dar el petróleo del parque Yasuni se puede generar con una variedad infinita de activadas económicas sostenibles. Desafortunadamente, no se puede decir lo mismo sobre la inmensa riqueza ecológica que se encuentra en el parque. Si eso se pierde, se pierde para toda la historia y para todo el planeta, no hay como recuperarlo.
Por eso debemos poner nuestra firma a la propuesta para una consulta popular y dar nuestro apoyo para la campaña contra la extracción de petróleo en el parque Yasuni. Esta es una decisión que le pertenece al pueblo, no a un solo hombre.